sábado, 12 de marzo de 2011

LAS FLORES DE BACH MÁS ADECUADAS PARA LA ASTENIA PRIMAVERAL




LAS FLORES DE BACH MÁS ADECUADAS PARA LA ASTENIA PRIMAVERAL

Muchas personas en primavera experimentan un decaimiento o
falta de fuerzas, lo que significa que hemos consumido más energía de la que podemos generar.

La flor de Bach base para la astenia es: el Olivo, a la que que añadiremos en el mismo frasco una o dos flores más para completar y ser más precisos en el tipo de agotamiento de cada persona.
Si hay un exceso de estrés porque la persona se exige un alto rendimiento, añadiremos: Olmo. Si hay una sensación paralizante de levantarse por las mañanas por no poder enfrentarse al trabajo, añadimos: Hojaranzo.
Cuando el agotamiento está relacionado por una pérdida de esperanza o de sentido, añadimos: Aulaga.
Si hay una falta de iniciativas y sensación de resignación, sería muy recomendable añadir: Escaramujo.
Cuando a la astenia se le une un estado de ánimo bajo o depresivo, añadimos : Genciana, y si hay falta de confianza en sí mismo: Alerce.
Y cuando el decaimiento hace a la persona insociable y se encierra en sí misma, añadiremos: Violeta.

miércoles, 9 de marzo de 2011

UN ENFOQUE INTEGRADOR DE LA ENFERMEDAD

JORNADAS DE AUTOGESTIÓN DE LA SALUD (Del 3 al 6 de febrero de 2011)


Conferencia del 6 de febrero de 2011 a las 17 horas:

“UN ENFOQUE INTEGRADOR DE LA ENFERMEDAD"
Alicia de la Rosa Martínez
Psicóloga Clínica

Cuando una persona está enferma en un hospital está dependiente del trato y del afecto de los otros. Despojada de su ego, pocas veces uno está más cerca de saber quién es. Al aumentar la sensación de desvalimiento e impotencia, el paciente queda reducido a una total incapacidad de darse cuenta de que eso que duele o molesta es parte de ellos mismos y esto les hace malos informadores de lo que les ocurre y también menos personas.

La persona enferma ya no es dueña de su propio cuerpo, ha quedado presa del discurso médico y lo que habla por ella es “su cuadro clínico” todo el maltrato a que puede ser sometido el cuerpo humano puede llevarnos finalmente a tomar conciencia y considerar que ese cuerpo que tenemos nos pertenece, y que no podemos pedirles a otros que lo traten mejor de lo que nosotros lo hacemos. Los terapeutas por otro lado buscan las causas psicológicas, pero es el mismo discurso médico, buscar etiologías y la enfermedad es la Reina.

¿De qué se trata todo esto? ¿Cuál es la relación que puedo sostener con mi cuerpo y que tiene que ver esto con mi idea del mundo y de mis creencias, de mi historia personal?

Tal vez se trate de establecer con nuestro cuerpo una relación como la que podamos sostener con cualquier amigo, para que no se enfade, para que no sienta que abusamos de él. Podemos escucharle y entenderle, y no tratarlo como si fuera un desconocido. Podriamos ver a nuestro cuerpo, como la casa, el hogar que nos acoje y no como una prisión que nos limita. Este es un planteamiento base que surge de la Terapia Gestalt. Nuestro cuerpo es nuestro amigo, no es algo extraño a nosotros. Somos nosotros. Nuestra mente o psique y nuestro cuerpo no son dos, es un Uno, integrado.

Así como en cualquier célula de nuestro organismo está toda la estructura genética de un individuo, igualmente en cada órgano de nuestro cuerpo hay una información total de la persona.

Cada vez las personas son más conscientes de las causas emocionales responsables de la enfermedad. No podemos, a la altura que estamos a nivel científico, separar al individuo en mente y cuerpo. Y es que “algo” tiene que ver la enfermedad que uno padece con un conflicto del que tal vez no somos conscientes. Por esto en psicosomática decimos, “el neurótico siente su cuerpo, el sano siente sus emociones, esto quiere decir que ante un conflicto una persona puede hacerse una úlcera de estomago, otra, ante un conflicto se deprime, y otra toma conciencia de que está en una situación de malestar que no puede digerir y la hiere psíquicamente, que la vacía internamente, que la hace dependiente y como es consciente de ello va a tener que hacer algo con esa situación que le produce malestar, y si hace algo con ello, va a actuar, va a tomar decisiones, y entonces, va a evitar hacerse una úlcera o deprimirse ante una situación en la que no ve salida. Es cierto que en ocasiones no es tan sencillo y uno tiene que pedir ayuda.

Los síntomas que padecemos, son avisos de que algo no está bien, sin embargo nos resulta difícil escuchar, y menos aún entender ese aviso. Abandonamos nuestro cuerpo a la escucha del otro que nos ve como meros informadores de una sintomatología física. Pero afortunadamente el cuerpo nos habla y si sabemos escucharlo va a darnos una valiosa información de lo que nos está pasando y de los cambios que necesita nuestra vida.

No existe una verdad absoluta, cada persona puede ver, percibir y entender las cosas que suceden de manera distinta a otro. Nuestro EGO tiene sus trucos, cuando hacemos algo y tenemos éxito, estamos contentos, somos nosotros los que lo hemos decidido, pero cuando suceden de manera desastrosa y humillante…entonces…las cosas ocurrieron o las decidieron otros.

La terapia ya sea focalizada en el cuerpo o en la psique, en realidad, siempre es una sola, es decir, si tratamos de curar el cuerpo, la psique está presente, y si focalizamos la terapia en la psique, el cuerpo está ahí. Ninguna acción sobre el ser humano puede separar lo que no tiene ninguna posibilidad de ser dividido.

Buscar por separado las causas físicas por un lado y las psíquicas por otro es el resultado de la mirada cartesiana (la dualidad mente-cuerpo, que en S.XVII defiende Descartes) no era ese el enfoque que dio Hipócrates, médico griego que nació en el 460 adC, al que se considera el Padre de la Medicina. Hay una diferencia abismal entre el discurso de Hipócrates y el que prevalecía en la medicina a mediados del siglo pasado.
Y entonces, Freud tiene que demostrar que existe un inconsciente para las “causas psíquicas” y que son determinantes en un cuadro clínico. Y así añadimos a la búsqueda de las causas físicas u orgánicas de las enfermedades, la búsqueda de las causas psíquicas…pero seguimos dividiendo al ser humano, por un lado lo físico, por otro lo psíquico. Seguramente Freud captó el discurso médico enajenador del ser humano, pero necesitaba respeto y reconocimiento de la clase médica a la que pertenecía y se dio por satisfecho con incorporar “científicamente” la causalidad psíquica al trabajo del médico. Sin embargo, por la carta que le escribe a Ferenzi en 1928, sabemos que Freud estaba preocupado de que el psicoanálisis se convirtiera en una pura especialidad médica y cayera en un despersonalizador discurso médico, aunque él lo que pretendía era devolver al ser humano la capacidad de sentirse dueño de sí mismo, y de que no fuera esclavizado por ideas ajenas. Para Freud, una de estas ideas ajenas era la religión, por lo que aun aceptando a Grodeck como psicoanalista, le impide recibir uno de sus más valiosos aportes de la psicosomática por parecerle “místico”. A partir de ahí, algunos biógrafos tachan a Freud de haberse vendido a lo teórico y a la descripción de cuadros clínicos y sus causas.

A Grodeck, hoy lo podemos considerar el Padre de la Psicosomática, aunque mucha de la actual medicina psicosomática no lo reconoce como el iniciador.
Sin embargo, desde el parto sin dolor hasta la psicoterapia de las enfermedades cardiovasculares, de la artritis reumatoide, de las enfermedades de la piel, renales, etc. están explicitados en sus escritos.

Para Freud el “Ello” es un reservorio de energía de donde proceden las pulsiones de vida y de destrucción. Es instintivo y no organizado y el Yo sería el que se encarga de organizar y diferenciar. (El Ello tiene vida propia capaz de determinar la propia vida del Yo.)
Para Grodeck el Ello tiene una amplitud mayor, no es sólo líbido y destrucción, es todo lo que hay en el ser vivo, psíquico y biológico, con sentido dentro de la estructura y funcionamiento del sistema total. La enfermedad la crea el enfermo. El Ello puede estar en la mano, en la nariz o en cualquier otro órgano, el pene, los labios, los ojos, etc... Toda esta concepción es audaz y provocó rechazo y aún hoy lo provoca.

Grodeck en 1917 escribía a Freud “…había abrigado en mí la convicción de que la distinción entre cuerpo y alma no era más que una distinción nominal e inesencial, y que el cuerpo y el alma constituyen una cosa común: que en ellos se encierra un Ello, una fuerza por la que somos vividos mientras creemos que somos nosotros mismos los que vivimos...
…desde el principio he rechazado la separación entre dolencia corporal y anímica; he intentado tratar al hombre individual en sí, y al Ello que hay en él. He intentado al fin, hallar un camino que conduzca a lo intransitado e intransitable…el Ello que está misteriosamente relacionado con el Eros………………………………………
…forma lo mismo la nariz que la mano del hombre, y contiene de la misma manera sus pensamientos y sentimientos. Se manifiesta tan pronto como una inflamación pulmonar o un cáncer, que como una neurosis obsesiva o una histeria…’’

Grodeck de una intuición extraordinaria no continuó profundizando en sus propias ideas debido al valor y respeto que le tenía al maestro Freud, ya que éste no compartía esta idea con Grodeck, a la que calificaba de misticismo. Si Grodeck hubiera insistido, hace décadas que se hubiera empezado a desarrollar una medicina verdaderamente holística. Por el contrario a la visión organicista y causalista de la medicina de la época se agregó la visión causalista del psicoanálisis, que nada tenía que ver con planteamiento visionario de Grodeck, que hoy está cercano a lo que actualmente postulan las psicologias transpersonales y la física cuántica.

La física moderna nos cuenta que contrariamente a lo que pensábamos, no existe una diferencia fundamental entre materia y energía en cuanto a su naturaleza. Sabemos ahora que la materia es una forma particular de la energía y que podemos formular esta reacción reversible:

materia____________energía

que simboliza la transformación continua y reciproca que tiene lugar entre las dos. Podemos a partir de este ejemplo ilustrar lo más esencial de las teorías psicosomáticas, ya que ya no considera al organismo físico aislado, sino como una totalidad psíquica y física, admitiendo a este respecto la evidencia de que el organismo no enferma solo físicamente sino que la aparición de síntomas mórbidos corporales refleja siempre una ruptura del equilibrio, que se produce a la vez en lo físico y en lo psíquico. La medicina psicosomática considera al ser humano como un todo, como una unidad de doble expresión, psíquica y somática. La enfermedad es siempre una señal de una ruptura de esta unidad compuesta de planos indisolublemente vinculados, de manera tal que no es posible determinar cuándo termina uno y comienza el otro. Del mismo modo que entre materia y energía, hay estrechas interconexiones, la hay entre cuerpo y psique, lo que nos permite establecer la siguiente reacción reversible:

cuerpo______________psíque

que ilustra los intercambios mutuos, permanentes e infinitamente sutiles que tienen lugar en el seno del ser humano considerado de forma global.

El Ello reside en el cuerpo y es individual, forma al ser humano que hace que piense, actúe y enferme. La conciencia es fundamental y puede estar en cualquier sitio. En Terapia Gestalt trabajamos con el “ser consciente de”.
El Darse Cuenta es la toma de conciencia de uno mismo. Lo psíquico puede hacer que lo somático reaccione de diferentes maneras ¿Qué es lo que produce una parálisis sin lesión orgánica? ¿Un conflicto? el conflicto está en la psique ¿y dónde está la psique?

Está claro que, cuantas más partes tiene un todo más dividido está, sin embargo esto no impide que en cada célula de ese cuerpo se pueda reconocer la presencia de toda la persona. Este descubrimiento del ADN no es sólo útil para descubrir a un asesino.

Es útil para saber que en cualquier parte de nuestro cuerpo estamos enteros y por eso podemos permitirnos escuchar esa parte de nosotros que se declara en rebeldía y nos hace gritar de dolor o sin aviso nos amenaza de muerte. ¿Qué está pasando con nosotros o que está ocurriendo en nuestras vidas para que una parte nuestra prefiera parar, irse a la huelga o morir antes que seguir? Y es que no hacemos el mínimo gesto por reposeer nuestro cuerpo.

En Gestalt, decimos que en las enfermedades psicosomáticas hay una interrupción del contacto organismo-entorno que llamamos Retroflexión.
Perls y Goodman dicen sobre la Retroflexión:” la energía de la orientación y manipulación está plenamente comprometida en la situación ambiental, pero entonces se vuelve hacia el único objeto inofensivo: uno mismo y quedandose con la frustración del no contacto…Entonces sentimos remordimientos y arrepentimiento, damos vueltas a lo pasado, lo reconsideramos, etc. y la persona se arrepiente de no haber invadido el entorno”
¿Que le ocurre a la persona para que le resulte tan dificil vivir al otro o su necesidad directamente? Sabemos que el niño que no encuentra suficiente apoyo emocional en el entorno durante su infancia, resuelve evitar la mirada y no expresar lo que siente. Con la repetición lo convierte en un “ajuste conservador”, y de está forma aprende a cambiar la frustración por satisfacción, ya que “la satisfacción de la retroflexión” es la sensación de autocontrol.
La retroflexión no puede ser asimilada, ni cambiada, a menos que se le incluya un “nuevo material ambiental”. Ese nuevo material ambiental, solo podemos aportarlo en forma de apoyo emocional y redirigiendo la energía de la retroflexión del paciente hacia el entorno. ¿Cuándo deshacemos la retroflexión? Deshacemos la retroflexión y volvemos al contacto organismo-entorno cuando la persona verbaliza o hace lo que estaba evitando. ¿Que sustenta la Retroflexión? La vergüenza. El paciente se vuelve tímido y contacta con la vergüenza que supone un fracaso interpersonal significativo. Nuestro objetivo en Terapia Gestalt será como hacer que la persona vuelva a establecer contacto en el campo de interacción, organismo -entorno, en el Aquí y Ahora.

El verdadero Darse Cuenta tiene que empezar Ahora, y se refiere a los mensajes que nuestro cuerpo nos envía, para ser escuchado. Tal vez el cuerpo necesite quitar “los ruidos” no ser distorsionado por las voces que llegan de todas partes y lo quieran organizar a uno según las necesidades de otros.
Necesitamos silencio y tiempo para nosotros, para escucharnos y darnos cuenta que somos dueños de nuestro cuerpo.

Posiblemente como decía Grodeck, “cada célula de nuestro cuerpo tiene conciencia de la totalidad”. Escuchémonos, tomemos conciencia, reapropiémonos de nuestro cuerpo.
Normalmente decimos: Me duele la cabeza, la espalda, el estómago…en vez de, me duele mi cabeza, mi espalda, mi estómago. En Gestalt pasamos de ser meros informadores de los que nos ocurre, a ser el actor principal.

Así que pasemos a los ejercicios prácticos…y demos voz a nuestro cuerpo.