martes, 5 de octubre de 2010

LA DEPRESIÓN

La depresión es un desequilibrio del tono del humor. Es lo que habitualmente llamamos tristeza. En un adulto es normal atravesar momentos de ligera euforia y otros de leve depresión. La depresión se considera anormal cuando la intensidad supera determinados límites y es de duración excesiva.

Las personas depresivas se frustran en exceso cuando sus necesidades o sus expectativas no son satisfechas, entonces, su autoestima puede descender hasta un punto peligroso.
Hay algunas personas en estado depresivo que reaccionan con mucha agresividad, y con sus quejas manipulan, culpando a su entorno con el objetivo de recibir lo que necesitan. Otras personas reaccionan con sumisión y pueden llegar a ser muy dependientes de los demás porque necesitan sentirse protegidos o queridos.

Las situaciones que provocan una depresión dan lugar a una pérdida de la autoestima y del propio valor. Experiencias como fracasos, pérdidas de prestigio o de dinero, estados de remordimiento, tareas que la persona debe realizar y que considera excesivas, un desengaño amoroso, la pérdida de un ser querido, son situaciones que pueden precipitar angustiosos sentimientos de inferioridad o de culpa.

La persona que está deprimida no solo está triste, además desconfía de sí misma, no se quiere, se siente culpable y si tiene dificultades en expresarse, se encierra en sí misma y se autocastiga. Carece de confianza en la vida y posee una visión pesimista sobre su curación. Ve el mundo como petrificado y sin color, vive que sus sentimientos han muerto o que su cuerpo está bloqueado.
Hay personas que tienen dificultades para dormirse, o se despiertan demasiado pronto por las mañanas y se angustian de tener que llenar las horas del día que viven como inútiles y vacías. Otras personas experimentan un exceso de sueño y duermen constantemente como modo de evitar enfrentarse a la falta de sentido.

El dolor que experimenta una persona deprimida es el dolor por la pérdida de una parte de su vida, es la dificultad de admitir cambios y de aprender a construir y utilizar una nueva vida, a tener una nueva imagen de sí misma y a despedirse del pasado.

En la Psicoterapia ayudamos a la persona deprimida a que adquiera una mejor capacidad de análisis de su situación personal, familiar y social, así como, a que mejore la capacidad de expresión de sí misma y descubra sus propios valores.